Josetxu Morán

Josetxu Morán quería ser periodista (por aquello de parecerse a Tintín, a Rick Kirby o, sobre todo, a Peter Parker) y por eso escribía en el periódico de su instituto. Con ocasión del comienzo de un taller de teatro que se iba a impartir en el mismo, decidió hacer un reportaje sobre ello y fue invitado por los profesores a asistir a la primera sesión para poder conocer de primera mano aquello sobre lo que iba a escribir. Aquello ocurrió en 1.982 y, a día de hoy, el celo profesional de Josetxu le ha impedido escribir el artículo en cuestión por no tener muy claro el contenido del mismo. Que sepamos, todavía sigue experimentando sobre el tema aunque no hay muchas esperanzas de que termine el artículo.

Desde aquel encuentro casual con las tablas, Josetxu se ha servido de ellas para reivindicar en ocasiones, denunciar a veces, solidarizase siempre y patalear con frecuencia a favor o en contra de muchas cosas de esas que pasan en su mundo y de las que no quiere pasar: la guerra, la energía nuclear, la globalización, la objeción de conciencia, OTAN no bases fuera, el terrorismo, la naturaleza, … y más y más. Nunca tuvo problemas por ello, ya se sabe que al bufón le están permitidas ciertas licencias, pero vino a suceder que en cierta ocasión se quitó la máscara, guardó en un bolsillo su nariz de payaso, se desmaquilló y dijo lo que pensaba, como cualquier ciudadano libre en un país libre puede hacer, sobre ciertos problemillas que tenía el alcalde de su ciudad con un museo muy conocido. Tuvo un problema con el alcalde por ello y por ello no se calló y lo denunció públicamente. Desde entonces el adjetivo VETADO, a veces acompañado por el de represaliado que les encanta a ciertos terroristas del periodismo de la ciudad, acompaña a sus propuestas culturales, antaño bien acogidas e incluso demandadas por los responsables de la cultura municipal, y es automáticamente apartado de las mismas.